Fuente: DIARIO LA TERCERA ON LINE (CHILE)
Era uno de los filmes más esperados de Cannes, a pesar de que no estaba en la Selección Oficial. Pero el morbo puede más, y por ello The imaginarium of Doctor Parnassus fue una de las vedettes del día por ser la actuación póstuma de Heath Ledger.
Para los cinéfilos, el filme concitaba atención por ser lo nuevo de Terry Gilliam, un barroco, desmesurado e imaginativo cineasta, de quien las pocas imágenes mostraban ese estilo al servicio de un cuento moral alrededor del tema de la inmortalidad.
El actor australiano que falleció en enero de 2008 tuvo que ser sustituido durante el rodaje, detenido a causa de su muerte, por tres reemplazos de lujo: Johnny Depp, Jude Law y Collin Farrell, de quienes Gilliam destacó hoy su "valentía y generosidad" por atreverse con el personaje de Ledger. El actor australiano ya había trabajado con Gilliam en la fallida Los hermanos Grimm.
Exhibido fuera de competición en el Festival de Cannes, el filme cuenta la historia del Doctor Parnassus (papel interpretado por Christopher Plummer) y su mundo imaginario, que llevan por las calles de un Londres contemporáneo en forma de teatro ambulante él mismo y otros tres actores.
El contador de historias que es Parnassus ofrece la posibilidad de entrar en su mundo imaginario a través de un espejo, una habilidad que obtiene mediante un pacto con el diablo (encarnado por Tom Waits, en una brillante e irónica interpretación del mal) que lo hizo inmortal, aunque a un alto precio.
Al grupo de innegables resonancias del tipo "comedia del arte", se incorpora un farsante (Tony, el papel de Ledger-Depp-Law-Farrell) que ayuda a Parnassus a cumplir con los términos de un fatal pacto diabólico para evitar la desaparición de la hija del Doctor (la Valentina que interpreta Lily Cole).
Tony es Tony Blair, aclaró con sorna Gilliam, el elemento estadounidense de los Monty Python, autor de Brazil y Las aventuras del Barón Munchausen, quien aprovechó la conferencia de prensa posterior a la proyección para criticar la política del ex primer ministro británico.
"Bien hecho, Tony", lanzó el director, quien a continuación explicó brevemente que el político laborista no es precisamente santo de su devoción y vinculó la enhorabuena al hecho de que Oriente Medio "siga siendo bombardeado".
Gilliam añadió que otra referencia importante para la historia fue la muerte del "banquero de Dios", Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano y que apareció ahorcado, después de ser condenado por delitos económicos, bajo un puente de la capital británica.
Referencias políticodelictivas aparte, las explicaciones de Gilliam, actores y productores entre ellos su propia hija sobre la génesis del filme fueron hoy escasas y entre las preguntas de la prensa internacional merodeó más el interés por saber cómo el director se las arregló sin Ledger.
"Todos trabajaron mucho y durante más tiempo porque le querían", dijo Gilliam, quien reveló que la familia del actor fallecido, que animó a continuar el proyecto a pesar de la muerte de Ledger, aún no ha visto este trabajo póstumo del actor, que ganó el Oscar como mejor actor secundario por Batman, el caballero de la noche.
La mutación de Ledger en Depp, luego en Law y finalmente en Farrell funciona mágicamente como consecuencia del empleo del elemento espejo que tan decisivo resulta en la acción y no por la aportación de una manipulación con técnicas digitales, lo que da continuidad a la historia.
Como en otros filmes del estadounidense, The imaginarium of Doctor Parnassus título con referencia obvia al Fausto es un ejercicio de fantasía que por momentos hace pensar en la también inevitable Alicia en el país de las maravillas, con un uso medido de la tecnología en una cinta donde los que brillan son los actores, especialmente el trío Plummer-Ledger-Waits.
"Es 'su' película", reconoció Gilliam al hablar de Christopher Plummer, el actor canadiense (el legendario barón Von Trapp de La novicia rebelde) al que reverencia y del que explicó que es la referencia constante de los demás personajes.
De momento, y de parte del director, pocas explicaciones sobre la elección de dilema "el bien contra el mal", a parte de alguna referencia a que en la génesis de la película "quisimos hacer algo original", rememoró Gilliam, quien echó mano del "aquellas ideas antiguas que no habíamos utilizado".
Y las explicaciones de los productores no fueron por ahora más allá de clasificar el filme como un "cuento moral fantástico" que trata esencialmente de la tentación que tiene el ser humano de no resistirse ante la posibilidad de cambiar a una vida más "alegre".